Todos vendrán y buscarán los huesos
de mi historia, que ayer murió ignorada.
Todos vendrán y buscarán en cada
nicho del cementerio aquellos besos.
Famosos –aunque tarde- serán esos
despojos de mi historia, que una espada
atravesó en el pecho para nada,
para dejar mi historia sin sucesos.
Todos vendrán y cuando se hayan ido
tú entrarás, nueva, musical, desnuda,
vestida de mi aliento y tu belleza.
Y estará abajo, anónimo y podrido,
el esqueleto de mi historia muda
en la fosa común de la tristeza.
(1959)