Soy niño y veo
desde la carretera vieja
huir ligero todo lo cercano,
atrás se esfuman
perros que ladran, postes de teléfono,
zarzamoras, palmeras, eucaliptos,
blancos chalés con buganvillas,
novios hacia la sombra, manijeros
que vuelven del olivo entre cantares,
rápido pasa todo mientras paso
aunque lejos, al fondo,
presente siempre yo contemplo
la inamovible realidad del campo,
contemplándome siempre
la inamovible realidad del mundo.