Oye cuánto ruido, el mundo tiembla
como un abril pisoteado. Advierte
de qué manera el hombre necesita
cantar su muerte con la voz del trueno.
(¿Y tú, lengua del hombre, por qué callas,
quién ha puesto en tu boca ese pañuelo,
ese trapo tremendo de rigores
mientras el mundo ríe porque muere?)